abril 21, 2005

Día Cuatro



Existen pocas cosas en esta vida tan agradables y necesarias como una comida fuera de casa. Puede tratarse de una cita, puede tratarse de una reunión de negocios, o simplemente de un banquete entre amigos. Da lo mismo. Lo importante es que "la celebración" vaya unida al hecho en sí. Por eso, quizás, resulte tan molesto cuando, por alguna razón, alguien deshace la magia de una buena comida o cena, porque al hacerlo, rasga sin piedad el tapiz sobre el que se está tejiendo un momento mágico.
Carlos y yo decidimos comer en La Lanterna. Queso provolone, enladada de endivias con plátano, spaguettis marineros, tortellini fungui porcini y fresas para rematar la faena. Y, entre plato y plato, acompañarlos de un delicioso Lambrusco. Carlos hubiera preferido comer venado, caza o similar. Pero sé que ha quedado más que satisfecho con la comida. Por descontado, hoy no habrá entrenamiento. Pero, como decía Hipócrates, de todo un poco, y de poco, suficiente. Básicamente, después de meses y meses de entrenamiento y carreras, he llegado a la conclusión más evidente. Si estás en el punto perfecto, nunca podrás mejorar. Y el mejorar es lo que impulsa la voluntad hacia una meta.
Carlos habló y habló durante casi toda la comida. Sobre Internet, sobre el mail recibido, analizándolo detenidamente, cosa que yo ya había hecho mentalmente durante mis entrenamientos. Desde el día en que lo recibí, sus palabras, sus pocas líneas, me han acompañado sin cesar, paso a paso. De la misma manera que, en otras ocasiones, las suelas de mis zapatillas han imitado a una goma de borrar, ayudándome a limpiar mis recuerdos de memorias ingratas, esta vez no han conseguido sino acrecentar mi obsesión sobre las palabras contenidas en el correo.
Así que, después de mucho divagar, hemos llegado a algunas conclusiones aventuradas, supongo que inspirados en parte por la buena comida y el buen vino. A la sazón, hemos concluido que: 1.-El mail fue enviado a más personas, probablemente a toda la libreta de direcciones del remitente; 2.- Se trataba de alguien desesperado. Si sus palabras son ciertas, estaba con su portátil, tecleando desde alguna habitación, armario o similar, procurando no hacer ruido; 3.- Por alguna razón, no pudo terminar de escribir su mail y pulsó la tecla de "Enviar" antes de lo deseado. Si ésto es así, esa persona está o estuvo en peligro en su momento, y puede que algo grave le haya ocurrido; 4.-Si Carlos y yo, dos personas que nos conocemos únicamente por llevar dos años trabajando juntos, y no tenemos amigos comunes, estamos en su libreta de direcciones, es probable que...se trate de alguien que está relacionado con nuestra oficina...con nuestro trabajo...puede que incluso un compañero entre los más de doscientos que trabajan en el mismo edificio de SegCom, la compañía de Seguros para la que trabajamos ambos; y 5.-Esto puede ser peligroso.
¿Qué hacer ahora? ¿Cuál va a ser el siguiente paso? De momento, tenemos que diseñar una estrategia a seguir, y Carlos dice que lo más seguro es intentar localizar exactamente el portátil desde que fue enviado el correo. Esto hace necesario rastrear todos los ordenadores de la sede central de SegCom...algo que le llevará todo el fin de semana, por lo menos.
Si negara que, mientras caminaba de vuelta a casa, pensativo, no me sentía a la vez orgulloso de haber llegado a las conclusiones a las que habíamos llegado, formando un interesante equipo, algo que nunca se me habría pasado por la cabeza...mentiría.
Hace un rato, antes de sentarme ante el ordenador, he recordado que ya iba siendo hora de telefonear a papá, para ver como le ha ido la semana. Hace tiempo que, al no convivir juntos, nuestra relación ha pasado del punto desagradable al "te tolero". Y hace poco tiempo que me he dado cuenta, precisamente, del poco tiempo que a él le va quedando. Y supongo que ejercer de buen hijo no restará puntos a mi opinión sobre él.
Ha sido entonces, al descolgar el teléfono para llamarle, cuando lo he percibido. El ruido. Estática. Ha durado tres o cuatro segundos, y se ha cortado bruscamente. Y, lo peor de todo, es que inmediatamente, lo primero que ha venido a mi cabeza ha sido el punto 5.