octubre 31, 2005

Día Cuarenta y Nueve



Cuando era más joven, mucho más joven, alguien, un amigo de mis padres, en estos momentos soy incapaz de recordar quién, me hizo un regalo. Un disco de Mike Oldfield. Ommadown. Aquel disco, aquella obra, aquella sinfonía, cambió mi vida totalmente. Nunca antes había escuchando nada igual, y de esa manera descubrí que la música no era solamente una cancioncilla pop que me podía acompañar mientras pensaba en las típicas tonterías de adolescente.
Gracias a aquel disco, y a muchos otros que vinieron después, descubrí que la música podía conseguir que me imaginara historias, aventuras, que me podía ayudar a visitar lugares remotos, a acercarme a mundos nuevos, inesperados, en los que personas interesantes, diferentes, me llevarían mucho más lejos que nunca antes.
El día en que conocí a Silvia, la que después se convertiría en mi mujer, supe que aquellas aventuras por fin se habían convertido en realidad. Con ella llegaría muy lejos, viviríamos juntos todo aquello que yo había imaginado mientras escuchaba todos aquellos discos y me dejaba transportar.
El día en que Silvia me abandonó, llegó el Caos, el Caos más absoluto, y la música, literalmente, dejó de sonar en mi vida. Poco a poco, muy muy lentamente , consegui superar aquel Caos, gracias a algo totalmente inesperado. Correr. Correr me hizo superarme a mi mismo, enfrentarme a aquellos miedos y vencerlo, me ayudo a seguir adelante, a compartir, y cuando apareció la oportunidad de compartir mis conocimientos con La Gente, no dudé en hacerlo, integrándome en SegCom y así ayudándoles en la medida de lo posible.
El día en que aquel e-mail había entrado en mi ordenador, había sentido que la Aventura, esa con la que tanto soñaba, entraba de nuevo en mi vida, y supongo que esa había sido la principal razón que me había llevado a investigar, y dejarme llevar durante aquellos últimos meses, entrando inesperadamente en un mundo nuevo, realmente la Aventura, no por tan anhelada menos temida.
Y ahora, resulta que todo eso, desde aquel momento en el que mi padre ya fallecido nos había abandonado, pasando por casi toda mi vida, matrimonio incluido, no eran más que los surcos perfectamente delimitados y elaborados que me habían traído hasta aquí.
Todo conduce aquí.
“Hace mucho tiempo, mucho más del que podemos recordar, un Hombre encontró El Libro, y ese hombre fundó la Hermandad de La Cruz porque el Libro así lo pedía. El Libro habla de los hombres, de sus miedos, de sus enfrentamientos. El Libro nos enseña como sobreponernos a ellos, como debe ser nuestro camino, difícil y peligroso, para llegar por fin a La Verdad. Y esa Verdad no es otra que la siguiente. Durante 10 Siglos se batallará. Todos los años una Batalla. Y de esa Batalla nacerá el destino para el año siguiente. Así tiene que ser. La Hermandad de La Cruz, y todo aquel que crea en este Libro y en sus enseñanzas, podrá proponer a uno o varios hombres y mujeres para la Batalla. De esos luchadores nacerá el destino de la humanidad durante ese año”
Supongo que mi cara era de idiota, porque apenas podía entender lo que Joan me estaba contando. Bueno, entendía algunas partes, y mi mente me decía que me habían estado entrenando, con lo cual la Batalla tenía que ver algo con correr….Supongo.
“Así es, me aclaró Nadia sonriendo. Durante todos estos siglos , cada año, se ha celebrado una batalla. El Libro siempre marcaba el tipo de Batalla que debería ser. Los que creen en sus Profecías se enfrentan en esa Batalla. Y el que gana marca la pauta y el rumbo a seguir durante el siguiente año. Es algo confuso, pero lo irás entendiendo poco a poco”.
“Lo que importa, continuó Joan, es que este año se cumplen 10 Siglos, y el Libro marca que algo muy especial ocurrirá. Algunos opinan que se trata ya no del Destino de la Humanidad para el siguiente año, sino para toda su Existencia. Y las escrituras del Libro dicen que cuando se cumplan 10 Siglos, habrá una gran Carrera, una Carrera que representará la lucha de la Humanidad durante todos estos años, y que el Vencedor recibirá como regalo un don, un regalo, aunque no podemos saber aún de qué se trata”.
Una carrera. Aquello era cosa de locos.
Curiosamente, sólo una pregunta venía a mi mente en aquellos momentos.
¿Cuándo?.
Joan me respondió con una amplia sonrisa en los labios, cruzando una mirada de complicidad con Nadia.
“Pues como todos los años. El 32 de Diciembre”.